Las fresas se encuentran entre las frutas más sabrosas, queridas y consumidas del planeta. No en vano, su sabor único, que mezcla lo dulce con lo cítrico, es muy utilizado por la industria alimentaria para la elaboración de dulces, galletas y bebidas. Pero, mucha atención con estos productos presentes en las estanterías de los mercados. La mayoría de ellos se basan únicamente en el sabor artificial de la fruta y no aportan ningún beneficio concreto para la salud. Por el contrario, los alimentos procesados, ricos en grasas y con azúcar añadido son los grandes villanos de una dieta saludable.

Lo ideal es consumir de dos a tres unidades de fresa al día, en su forma natural, o en una receta sencilla que no requiera la adición de azúcar y otros ingredientes industrializados y calóricos. Cuando se usa correctamente, la fruta puede ser una excelente manera de mantenerse en forma y, además, prevenir el desarrollo de numerosas enfermedades.

1. Refuerza la inmunidad

El consumo de frutas puede ser una buena alternativa para mantener las defensas del organismo preparadas para afrontar cualquier problema. Las fresas aumentan la inmunidad porque contienen betacaroteno, vitamina E y son ricas en vitamina C, sustancias que ayudan en la absorción del hierro de los alimentos ingeridos.

2. Te ayuda a perder peso

¿Quién dijo que una dieta para adelgazar tiene que ser sosa y con alimentos desagradables? La fresa es uno de los innumerables ejemplos que prueban: no hay que sufrir para adelgazar. Las sustancias que se encuentran en las fresas, especialmente proteínas, fibras y grasas buenas, provocan saciedad cuando se consumen. Con eso, ayudan a inhibir otros alimentos.

3. La fresa es buena para el corazón

Algunos dicen que la forma de una fresa parece un diseño de corazón. Coincidencia -o no- la fruta es un importante aliado para la prevención de enfermedades cardiovasculares. Debido a la rica presencia de fibras, la fruta actúa en la lucha contra la hipertensión arterial y, por lo tanto, también previene la aparición de accidentes cerebrovasculares (ACV).

4. Te hace lucir más joven

Las fresas, especialmente las más dulces, son las favoritas de los niños. Y, quizás, les corresponda a los adultos aprender un poco más de los más pequeños, ya que algunas propiedades de la fruta retrasan el envejecimiento prematuro. El efecto antioxidante de la fruta también ayuda en la cuestión estética, retrasando el envejecimiento de la piel y la aparición de arrugas.

5. Ayuda a prevenir el desarrollo de cáncer

La vitamina C es un nutriente que se encuentra en abundancia en las fresas. Entre los numerosos beneficios que tiene la sustancia en el organismo, uno de ellos es el de prevenir la aparición de enfermedades graves. Todavía hay un aporte de vitamina C y ácido elágico, que según investigaciones, cuando se usan sistemáticamente, pueden inhibir el crecimiento de células cancerosas.

6. Contribuye a la elasticidad de la piel

Además de todo esto, incluir fresas en la dieta puede mejorar la estética del cuerpo y promover importantes ganancias relacionadas con la autoestima. La vitamina C también ayuda a que el cuerpo no sienta flacidez.

Pero cuidado, cualquier cosa en exceso es mala. No vale la pena emocionarse y comer fresa hasta no poder más. Para que la fruta pueda aportar todos estos beneficios al organismo, el consumo tiene que ser regular, pero también hay que controlarlo.